Que el wifi y los dispositivos móviles emiten radiaciones electromagnéticas no es ningún secreto. Pero la expresión ‘radiación electromagnética’ puede causar nerviosismo en una persona que no esté muy bien informada. ¿Qué significa esta expresión?
Radiación electromagnética
Radiación electromagnética quiere decir que se emite un tipo de energía en el espectro electromagnético en la región de microondas o de radiofrecuencia.
¿Qué es la radiación electromagnética no ionizante?
La frecuencia de las ondas está relacionada directamente con su energía, pero hay que destacar que las microondas, las ondas de radio, la luz visible y la luz infrarroja son radiaciones no ionizantes. Dicho de otro modo, su frecuencia no es suficiente para que se rompan los enlaces de los átomos y que, por tanto, sean nocivos para la salud y causen serios problemas.
Al contrario que la radiación ionizante, como son los rayos ultravioleta o los rayos X, el efecto que tiene la radiación electromagnética no ionizante sobre la materia que la absorbe es que la calienta.
La radiación del wifi es muy débil, por lo que, como mucho, se llegará a calentar el dispositivo que lo utiliza o el mueble en el que se apoya, pero sin causar efectos negativos más importantes en tus tejidos.
¿Puede causar cáncer la radiación wifi?
Hace mucho tiempo que convives con la idea de que los cables de alta tensión, las ondas de los teléfonos móviles y, también, el wifi producen en tu salud un efecto negativo tan importante que puede dar origen a un cáncer. Aunque, en realidad, no existe ninguna evidencia científica que asegure que el wifi o las ondas de los dispositivos móviles son responsables de causar cáncer.
Se han realizado multitud de estudios que han tratado de revelar si se puede apreciar o no una relación causa-efecto entre el cáncer y el uso del wifi. En ellos se llega a diferentes conclusiones, pero todos comienzan por afirmar que un riesgo cero es imposible en cualquier ámbito, desde conducir a beber agua o caminar por la calle. Aunque sí es cierto que no existen claras evidencias por las que tengas que alarmarte.
La UK Health Protection Agency ha realizado diversos estudios para evaluar las repercusiones del uso del wifi en las escuelas. Tras medir la exposición de los niños a los campos de radiofrecuencia que emiten las redes inalámbricas de los ordenadores, han llegado a la conclusión de que estaba muy por debajo lo que se consideran niveles máximos recomendados. Los estudios que se han realizado hasta ahora no encuentran evidencia de ningún tipo de efecto biológico tras la exposición a las redes wifi.
¿Es posible tener alergia a estas radiaciones?
Hay personas que dicen padecer hipersensibilidad al wifi e, incluso, una de ellas ha conseguido la invalidez por padecer esta dolencia, concedida por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Aun así, hay estudios, como el de la científica Zsuzsanna Dömötör, que demuestran lo contrario. Este estudio se realizó con 36 personas sin ninguna dolencia y otras 36 electrosensibles (que sufrían síntomas como náuseas, vértigo o cansancio que procedían de los sistemas wifi y otras radiaciones).
Al pedírseles que describiesen sus sensaciones, los que eran electrosensibles describieron ese cansancio típico asociado a las radiaciones, pero en realidad no se les estaba sometiendo a ninguna. Por tanto, puede concluirse que, aunque los síntomas son reales, no están asociados a las radiaciones del wifi, sino que pueden tener su origen en el estrés o en alguna enfermedad mental.
Por su parte, la Unión Europea ha realizado un estudio denominado MOBI-KIDS en el que se han estudiado los efectos de un uso prolongado del wifi en adolescentes y niños.
Lo que hay que estacar de todos estos estudios es siempre la misma conclusión: en términos estadísticos no se observa una relación o una mayor incidencia de casos de cáncer. En algunos análisis, y para poder extraer conclusiones más definitivas, se apunta a la necesidad de añadir más observaciones u otros factores como llevar una alimentación poco saludable, respirar aire contaminado o consumir tabaco y alcohol, que son los más perjudiciales.
Tampoco hay evidencias científicas que aseveren que las ondas electromagnéticas que, como el wifi, producen el móvil o las diferentes antenas de telefonía, que tan comunes son en las ubicaciones próximas a los núcleos urbanos, causen dolencias de cualquier tipo o cáncer.
No obstante, y aunque el consenso científico afirma que son seguros, la Organización Mundial de la Salud clasifica a los campos electromagnéticos de radiofrecuencia como categoría 2B en cuanto a agentes carcinógenos. Esto quiere decir que es posible que los elementos englobados en esta categoría puedan comportarse como carcinógenos para los humanos.
En definitiva, la próxima vez que encuentres un artículo o escuches que alguien insinúa que tanto el wifi como el móvil pueden causar una enfermedad grave, recuerda que existen multitud de científicos a nivel mundial que no pueden demostrar la relación que supuestamente existe entre utilizar un teléfono móvil y padecer una enfermedad tan grave como el cáncer.
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